Terapia de pareja y la intervención psicológica.
La Terapia de pareja es una intervención psicológica orientada a ayudar a las parejas en conflicto, o que pasan una crisis, a resolver sus diferencias y lograr recuperar una convivencia feliz.
En algunos casos, gracias a esta terapia de pareja, los miembros de la pareja pueden tener más datos y contar con una información más contrastada para tomar decisiones respecto a su futura convivencia.
El psicólogo experto en terapia de pareja, manteniendo una actitud equitativa, procurará que la pareja adquiera habilidades para comunicarse mejor, respetarse y apoyarse ante los problemas que han surgido y que pueden surgir en el futuro.
Todas las parejas tienen que afrontar situaciones que pueden generar conflictos (distribución de tareas domésticas, reacciones emocionales intensas de uno de los miembros, caracteres y gustos distintos, gestión del dinero, contactos con la familia de origen, sexualidad, normas educativas de los hijos, actividades conjuntas, vacaciones, relaciones con amistades, etc.) y, por esto, es normal que haya discusiones. Sin embargo, cómo se resuelvan y si acaban creando un problema grave o no depende de cada pareja.
La terapia de pareja implica seguir un método y ofrecer unas estrategias para que todas esas situaciones no representen algo que enfrente a los miembros, sino que se perciban como problemas comunes para la pareja, en el sentido de que sean ellos dos unidos y coaligados quienes se enfrenten a esa dificultad y la resuelvan.
Terapia de Pareja en Valencia por el experto Sergio Pérez.
El Psicólogo – Sexólogo Sergio Pérez es especialista en terapia de pareja y posee una amplia experiencia en la ayuda para este tipo de conflictos. Su enfoque de intervención es la Terapia Integradora de Pareja (Integrative Behavioral Couple Therapy: IBCT), un modelo validado empíricamente y que, según multitud de estudios, es el camino más eficaz desde el punto de vista científico para favorecer la recuperación de la pareja y promover una convivencia más feliz.
Este tipo de intervención se ha revelado especialmente útil ante problemas muy dolorosos como infidelidades, rupturas, pérdidas de respeto, conflictos graves con la familia de la pareja, etc.
Si tiene dificultades en su relación de pareja y desea intentar solucionarlas con una terapia puede llamar al teléfono 601082966
El coste por sesión (de una hora, aproximadamente) es de 65 Euros.
Modelo de intervención en los conflictos de pareja.
Más que elaborar un nuevo modelo, puede decirse que descubrí la denominada Terapia Integral de Pareja (“Integrative Couple Therapy”), que comenzó a desarrollarse en Estados Unidos a finales de los años noventa de la mano de Neil Jacobson y Andrew Christensen.
Este modelo es en realidad una evolución ‒cualitativa, podríamos decir‒ de la intervención de pareja conductual, si bien nadie que viese una terapia de este tipo la asociaría con el conductismo, pues sus métodos y forma de trabajo distan por completo de un intercambio formalizado de reforzadores, ensayos conductuales, reglas de comportamiento o ejercicios estandarizados.
Lo cierto es que se trata de un enfoque muy flexible, por completo orientado a lo vivencial, donde los sentimientos mutuos conforman el material de trabajo para la labor terapéutica. A día de hoy, tras varios ensayos clínicos e investigaciones con cientos de parejas, este modelo es el que cuenta con mayor aval experimental respecto a su eficacia a largo plazo. Además, se ha entroncado en la vigorosa corriente de las Terapias Contextuales.
Aspectos para que un tratamiento de pareja resulte exitoso.
En primer lugar, hay que tener presente cuánto tiempo lleva la pareja en conflicto y qué han intentado hacer para solucionarlo. El grado de implicación y el deseo de esforzarse y apostar por la relación es crucial para ese éxito.
El proceso de la terapia de pareja suele resultar bastante doloroso en su inicio, pues es normal que surjan continuos reproches y se arrastre una larga lista de agravios que quieren esgrimirse ante el terapeuta. No obstante, esto es más común en la primera fase. Si posteriormente se alcanza una actitud constructiva y práctica, y se comienza a entender el papel que cada uno puede haber jugado en la perpetuación del conflicto, se empiezan a obtener frutos positivos de la terapia.
Desde el modelo de la Terapia Integral de Pareja se considera fundamental que cada miembro se esfuerce por entender que los intentos de forzar al otro a cambiar unilateralmente suelen conducir a mayor bloqueo y frustración; mientras que, en cambio, resulta más productivo adquirir una actitud de aceptación de la forma de ser de la pareja.
Por supuesto, no se trata de resignación o aceptar cualquier cosa que haga o diga el otro; antes al contrario, se trata de que la pareja tenga en cuenta sus diferencias para mejorar su comprensión e intimidad y, a veces, desde esa nueva posición, facilitar los cambios, pero estos se adoptan por propia iniciativa.
Esta búsqueda del equilibrio entre cambio y aceptación se procura en la Terapia Integral de Pareja por medio de varias técnicas, como la unión empática, la separación unificada o la tolerancia, que se aplican a las vivencias y experiencias de la pareja en el día a día.
Cuando estos procedimientos se suceden durante algunos meses y las parejas son capaces de llevarlos a su convivencia diaria entonces mejora la satisfacción con la relación y la terapia puede considerarse completada con éxito.
Reticencias a la hora de venir a terapia de pareja o buscar ayuda.
Hay algunos temas o conflictos que suelen asociarse al inicio de una terapia de pareja y que sí animan a buscar ayuda. Algunos muy característicos son el descubrimiento de una infidelidad, las malas relaciones con la familia de origen, las desavenencias por el cuidado de los hijos o su educación (en especial, cuando estos son pequeños), las discusiones por la implicación de cada uno en la relación, su organización doméstica, los periodos de distanciamiento entre los dos miembros, largas etapas de trabajo agotador que afectan a la relación o algunos sucesos menos comunes como la aparición de enfermedades crónicas, mudanzas, el enganche a determinadas sustancias, la depresión, etc.
En cualquier caso, sí que es más corriente que sea la mujer ‒o aquel de los dos que adopte un rol de cuidador de la relación‒ quien muestre más empeño o implicación en buscar ayuda especializada.
Algunas parejas tardan en pedir consejo porque creen que es mejor tratar de resolverlo por sí mismos. En estos casos, es conveniente que el psicólogo explique que ‒de cualquier forma‒ nadie más que ellos puede arreglar la situación y que escuchar los consejos u orientaciones de un experto no les evita a ellos trabajo, pero les ahorra muchos esfuerzos inútiles. Se trata de contar con una opinión, un punto de vista, que pueden aprovechar o no libremente.